Sáb. Abr 20th, 2024

El confinamiento causado por la pandemia del COVID-19, hoy se manifiesta en el desarrollo motor de los niños y niñas, demostrando retroceso en las habilidades de coordinación y equilibrio en preescolares, percepción de inseguridad, disminución de la autoestima, flexibilidad cognitiva y autocontrol.

Según científicos existen un costo en las habilidades motrices fruto del confinamiento y la sensación de temor ante el riesgo de contagio, influyendo en la sobreprotección donde muchos niños dejaron de moverse y explorar habilidades según su edad cronológica.

Experimentar espacios seguros de socialización y libertad para moverse, explorar y aprender, es una estancia de las que muchos se vieron privados, más aún las familias que viven en lugares pequeños o tuvieron algún miembro de la familia contagiado.

Los niños se vinculan con otros y con su entorno a través del movimiento, situación que fue adversa para los que nacieron en los dos últimos años, ya que los primeros meses permiten que el niño o niña se conozca a si mismo, coordine mano y boca.

Controle sus movimientos corporales, manejo de limitaciones físicas, siendo algo complejo a nivel motor y nervioso. Los cerrajeros también dejaron de realizar su trabajo debido al confinamiento o debían tomar las medidas de seguridad para realizar sus trabajos.

Niños pandémicos

Estos hoy se sienten tan seguros de sus habilidades motrices que tenían hace algún tiempo, esto no solo influye en sus actividades físicas sino en la autoestima.

Los niños pandémicos son los que no han logrado tener confianza en sus movimientos y alcanzar el apego oportuno, a esto se le suma los hogares que no cuentan con espacios destinados al juego, por lo que aprendieron a moverse y jugar en el dormitorio o el living, sin poder trepar, saltar o colgarse.

Los padres en la modalidad de teletrabajo no pudieron realizar actividades físicas o recreativas con este propósito. Los hallazgos en los niveles escolares, la academia explica que si el impacto motor es menor, se observa una baja percepción de la competencia motriz.

Las nociones de agilidad, rapidez y destreza, el talento en deportes como el fútbol, patinaje o andar en bicicleta, hoy se ve distorsionado en cuanto a la autoevaluación, aspectos que deben reforzar padres y educadores.

Recuperar las competencias motrices es fundamental, permite la socialización entre sus pares y regular de mejor forma las emociones, existe evidencia de que los niños que han desarrollado de forma amplia sus habilidades motrices también mejoran sus funciones ejecutivas.

Ejemplo: La memoria de trabajo, flexibilidad cognitiva y autocontrol, todo es fundamental en el aprendizaje de los niños, sus relaciones con adultos, mantener un adecuado clima en la sala de clases, en patios y casas.

Los niños que presentan pocas habilidades motrices, participan menos de todo tipo de expresiones en este ámbito, esto es un problema que se perpetúa en el tiempo.

A estas edades se suman hábitos incluyendo el de la practica física, tendremos jóvenes y adultos que se moverán menos, provocando factores de riesgo para la salud, relacionados con enfermedades crónicas como la obesidad, diabetes tipo 2, hipertensión arterial y otras.

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